miércoles, 14 de septiembre de 2011

All my love - Led Zeppelin

Soy un escéptico. No creo en muchas cosas, me aferro al azar o la casualidad más que al destino o a dios para explicarme las cosas cuando me salen realmente muy mal o demasiado bien. Y aunque en algo depende de mi, dudo que mi esfuerzo sea de mucha ayuda, porque más importancia le achaco a esas cosas que no puedo controlar y que a veces están  bastante adentro. Así que soy un escéptico porque persisto en ser un descreído, a pesar de que no me gusta serlo. Me gustaría pensar que si rezo lo suficiente o hago obras de caridad me voy a ir al cielo, y darle esa moneda que me sobra a esa persona que me la pide al otro lado de la luna de mi carro, donde estoy caliente en un día frío. O que hay que buscar las señales del destino, en un anuncio en los clasificados del diario que te reseña en un pequeño recuadro de cinco por cinco el trabajo soñado, de ocho a seis, cinco o siete días de la semana.

Pero ser escéptico no me hace infeliz aunque si un poco cínico. Hay cosas que puedo disfrutar sin pensar demasiado en el por qué, en el mañana o en las consecuencias. La calidez de una caricia , o esos pequeños triunfos efímeros que para nadie más significan algo, esas alegrías que caen como gotas de una lluvia inesperada para las que reservo All my love.


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