A veces no recuerdas toda la letra, menos todos los acordes, sólo las sensaciones que te dejó determinada canción cuando la escuchaste por primera vez, o por segunda, o cada vez que la repites y se cuela en tu cerebro a través de los audífonos. Esas ocasiones, en las que la euforia, la tristeza, las ganas de bailar, de gritar son lo que recordarás por siempre y convertirán a determinada canción en parte de tu banda sonora: esas ocasiones, son las inolvidables.
Este post marca mi retorno a este blog que creamos Christian y yo hace unos años y al que siempre guardaremos un cariño inevitable, que está mucho más allá de todo lo bueno y malo que trajo a nuestras vidas. Escribir y escuchar música, dos de las actividades de las que más disfruto, se juntan de nuevo, esta vez espero que por mucho tiempo. Y para regresar al ruedo, una canción eufórica, empiladora al 100%, de esas que sólo te pueden poner a bailar, o a saltar o a festejar. Uno de mis grupos favoritos, los Yeah Yeah Yeahs, para un feliz regreso: Heads will Roll.
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