miércoles, 30 de marzo de 2011

Estrechez de corazón - Los prisioneros

Pueden haber pasado muchos años y el grupo puede no existir más, pero hay canciones que siempre serán cantadas como himnos. A voz en cuello, con el estómago, como lo hace Jorge González en ese antiguo video que veía cuando era muy chico y lo pasaban por la tele. Son canciones que no se quedan en un momento del tiempo, que hablan de desamor, de no saber amar, de esos temas universales que tanto duelen pero que parecemos disfrutar. De todo eso que alguna vez nos ha herido y no supimos controlar. O no hemos sabido hacerlo.
Luego, con el tiempo, se mira atrás con algo de incredulidad. Lo que no se podía entender queda, con el tiempo, muy claro. Lo que nos llevó a estados de fuerte depresión es ahora una de las mejores cosas que nos pudieron pasar. Pero eso, en el momento, no lo sabemos. En el momento solo pedimos explicaciones, nos obstinamos en pensar que no hay nada después y jamás nos planteamos que puede ser lo mejor que nos esté pasando.
Mientras tanto la gente seguirá coreando canciones como esta, canciones que parecen salir de viejas heridas, de cicatrices que ya hemos olvidado. Esas canciones desgarradoras, las que parecen haber sido escritas con sangre, esas son las mejores.

No hay comentarios: